Un ámbito en el que la tecnología ya ha hecho grandes progresos es el riego. Los sistemas de riego inteligentes emplean sensores y datos meteorológicos para determinar con precisión el agua que necesitan las plantas. Estos sistemas pueden adaptar automáticamente el riego para garantizar que las plantas solo reciban agua cuando realmente la necesiten. Así se evita el riego excesivo y se ahorran cantidades considerables de agua.
Según laIrrigation Association y el International Code Council, los sistemas de riego inteligentes pueden reducir el consumo de agua en horticultura y agricultura hasta en un 20-50 %. Estos sistemas adaptan los tiempos y las cantidades de riego en función de los datos en tiempo real, lo que supone un importante ahorro.