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Ahorrar agua en la industria: ¿qué es ya posible?

El agua es indispensable en muchas industrias. Ya sea en la producción de alimentos, en la producción textil o en la industria química, en todas partes se necesitan grandes cantidades de agua. Sin embargo, debido a la creciente escasez de agua en todo el mundo y a la mayor concienciación sobre la protección del medio ambiente, es más importante que nunca reducir el consumo de agua en la industria. Aquí os mostramos algunas formas en que las empresas pueden controlar su consumo de agua de forma más inteligente.

Ahorrar agua en la industria: ¿qué es ya posible?

El agua es indispensable en muchas industrias. Ya sea en la producción de alimentos, en la producción textil o en la industria química, en todas partes se necesitan grandes cantidades de agua. Sin embargo, debido a la creciente escasez de agua en todo el mundo y a la mayor concienciación sobre la protección del medio ambiente, es más importante que nunca reducir el consumo de agua en la industria. Aquí os mostramos algunas formas en que las empresas pueden controlar su consumo de agua de forma más inteligente.

Tecnologías de ahorro de agua

Una de las formas más eficaces de ahorrar agua en la industria es mejorar los procesos de producción. Las tecnologías modernas y los sistemas inteligentes pueden ayudar a reducir considerablemente el consumo de agua.

La automatización y los sensores cambian, sin duda, las reglas del juego. Los sistemas de control inteligentes pueden supervisar y adaptar el consumo de agua en tiempo real para que solo se utilice la cantidad realmente necesaria. Según un estudio de la Asociación Internacional del Agua, el consumo de agua puede reducirse hasta un 30 % con este tipo de tecnologías.

Las nuevas tecnologías, como la filtración por membrana, la ósmosis inversa y la electrodiálisis, también contribuyen al ahorro de agua. Estos métodos purifican y separan el agua con eficacia, con lo cual se reduce la necesidad de agua potable. En la industria textil, por ejemplo, la filtración por membrana puede reducir el consumo de agua hasta un 45 %.

Otro paso importante para ahorrar agua en la industria es reciclar y reutilizar el agua. Gracias a los sistemas de recirculación, las empresas pueden utilizar el agua varias veces antes de desecharla definitivamente, lo que reduce el consumo de agua potable y minimiza la contaminación ambiental.

Sistemas de circulación

Los sistemas de circulación son especialmente eficaces. Un ejemplo es el sistema «vertido cero de líquidos» (ZLD), con el que todas las aguas residuales se tratan y reutilizan. Esto puede reducir el consumo de agua en hasta un 60-80 %.

Condiciones del marco jurídico

Además, muchos gobiernos ofrecen programas de apoyo y subvenciones para ayudar a las empresas a aplicar medidas para ahorrar agua. Estos programas ofrecen incentivos financieros para invertir en tecnologías y procesos que ahorren agua.

Muchos países han promulgado leyes medioambientales estrictas que regulan el consumo de agua en la industria. Un ejemplo es la Directiva Marco Europea del Agua, que obliga a las empresas a tomar medidas para reducir el consumo de agua.

BASF: economía circular en la industria química

BASF, una de las principales empresas químicas del mundo, ha puesto en marcha amplias medidas para reducir el consumo de agua. Gracias a los sistemas de recirculación y a las modernas tecnologías de tratamiento del agua, BASF puede cubrir el 80 % del agua necesaria mediante su uso repetido.

Siemens: uso eficiente del agua en la producción

Siemens sigue una estrategia global para reducir el consumo de agua en sus procesos de fabricación. Gracias a los sistemas de recirculación y a las modernas tecnologías de tratamiento, Siemens ha podido reducir considerablemente el consumo de agua en sus instalaciones de producción. Las soluciones digitales también ayudan a controlar y optimizar el consumo de agua en tiempo real.

Conclusión: la sostenibilidad como ventaja competitiva

Ahorrar agua en la industria no solo es bueno para el medio ambiente, sino que también tiene sentido desde el punto de vista económico. Las empresas que invierten en tecnologías y procesos de ahorro de agua pueden reducir sus costes de funcionamiento, aumentar su competitividad y, al mismo tiempo, mejorar su imagen de empresa sostenible. También contribuyen activamente a proteger nuestros valiosos recursos de agua potable y apoyan los objetivos globales de sostenibilidad.